Buenas, gente. Hablemos de esas cosas que nos generan malestar, enojo y ganas de que un objeto random del espacio se acerque en curso de interceptación contra la Tierra a velocidades relativistas y se cargue el planeta entero, porque hay cosas que me molestan y es tiempo de hacer catarsis. Saben que odio hacer catarsis...
Hay una situación común en las series de humor, sitcoms, comedias televisivas o en la vida misma: que la gente te llame por el nombre cambiando letras. A Pepe Argento le pasó, le decían Pipo. ¿Cómo vas a confundir Pepe con Pipo? Yo decía "esto es cosa de la TV", hasta que en vez de Da Roza, me han dicho "de la Roza", "de Rozas" y la recalcada madre que los parió. Pero descuiden, hay más en este rincón lleno de ganas de prender fuego el Amazonas y apagarlo con agua salada y uranio.
Cambiar las cosas de lugar
¡Insensatos, no me cambien las cosas de lugar! Y menos porque se les cantó. Me pasó en el supermercado: tenían las góndolas de una manera, estuve días para acostumbrarme y, ¿qué hacen al otro mes? Cambian todo de vuelta. ¿Saben qué hice? Compré una cosa y salí indignado. ¡Qué salvajada! ¿Esto es de todo el tiempo? Los dejé, los abandoné un año, que se jodan. Cuando volví, ya tenían todo como debía estar.
Prestar atención
Yo suelo prestar atención porque lo contrario me molesta. La gente que no se puede tomar un segundo para escuchar. No es física de cohetes, ¡préstame atención! Me cago en todos tus muertos, escúchame. Yo escucho o de lo contrario nos cagamos a trompadas. La verdad, las trompadas no suenan tan mal, debería volver la ley del duelo. Es una ley que nos permitía ser libres y, digamos, resolver los problemas de verdad.
Hablando de verdades
La mentira no me inmuta, porque es de las cosas más humanas, de esas que están pegadas al ADN. Porque mentir no es el problema, el problema es la verdad. Si la verdad no fuera un problema, no existiría la mentira. La mentira es una consecuencia y una causa. Así que yo, la verdad, he mentido, miento y la mentira me acompaña como nos acompaña a todo ser humano en este planeta y en esta región mentirosa.
Latam o Latinoamérica
El término más mentiroso y el que más me enoja. Esto es el continente americano, subdividido en Norteamérica, Centroamérica, Caribe y Sudamérica. El término engloba países con lenguas latinas, una burrada. Canadá también habla francés, por lo tanto, ¿son latinos? En Disparos Unidos de América hablan español; sí, está lleno de mexicanos. Por eso inventaron que Latinoamérica son los países con una base cultural común. Te la llevo en regiones muy, muy concretas. Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile tienen cosas en común, pero ¿qué tenemos en común con México? No jodamos. Acá en Uruguay, no necesitamos ponerle a la carne nada más que sal, a lo sumo chimichurri, pero ellos le ponen 15 tipos de picante. Lo sé, es una salvajada, ni hablar de la taco-gastronomía. Pero vayamos más cerca: no somos lo mismo uruguayos que argentinos. Ellos son más agrandados, el centro del universo. Nosotros estamos a años luz de ese egocentrismo. Podría estar así divagando en que somos pueblos diferentes y lo único en común es que llegaron europeos hace 500 años con espejitos de colores y ratones.
Los veganos
Eso, en lo personal, me enoja. Porque cada pueblo es único con sus diferencias, virtudes, falencias. Ese es el pacto social que nos da ser individuos que luchan por su identidad. Así que cuando veo que hablan de Latam me enoja, como me enojan los veganos. Negacionistas no solo de la condición humana, porque la humanidad le debe al consumo de carne su inteligencia, su desarrollo como lo que somos: la única especie autoconsciente y racional, capaz de alterar su entorno a escala planeta. Nada de delfines o de parientes lejanos, nada de gorilas, chimpancés o hinchas de fútbol. El ser humano le debe tanto a los animales que esta gente me molesta. Más cuando su argumento es sobre la crueldad. Muy lindo, pero ¿qué hay de la crueldad entre seres humanos? No te veo ayudando a nadie, pero vas al supermercado y le pones fotos de vacas a las bandejas de milanesas. ¿Sabes dónde te podés meter las fotos de Cuca, Yamila y Débora? Ni son nombres de vacas, ¿quién le pone así a las vacas, por Dios? Pero bueno, voy terminando porque así más adelante hago otro rincón de la mediocridad para robar con los veganos, los masa madre y mis enemigos jurados los leche de almendras. Hasta la próxima.
