Linda época esta que vivimos, en la que, dependiendo de qué red social uses, es tu edad. Por eso y porque Facebook decayó tanto que ahora es como una cueva de púberes y gente grande, es que analizo por qué Facebook pasó de ser la red social por antonomasia a una red social más y de medio pelo...
Yo, la verdad, recuerdo cuando Facebook no tenía en su versión móvil navegador interno, incluso una versión que en vez de ver los videos te permitía descargarlos en tu celular. Sí, lo sé, y no tengo miedo de decirlo: tengo edad para recordar cuando Facebook era más popular que Twitter, qué tiempos, sin historias, sin imagen de portada, sin stories.
Recuerdo que uno podía decir que le pagaban mal y contar chistes del aguinaldo, y nadie se enojaba. A mí me sigue valiendo, pero hay gente a la que echan por chistes como "en el trabajo nos dirige la reencarnación del pintor austriaco". Un poco fuerte tal vez, pero el que no ha dicho que su jefe es la encarnación del maligno en la Tierra es porque es muy chupa medias.
Facebook, tú debías traer equilibrio, no volverte un vertedero de odio. Eras el elegido de las generaciones millennials, eras nuestro tío borracho, ahora eres el abuelo que es machista, xenófobo, homofóbico y mil cosas peores.
En el fondo, siempre lo supimos: lo popular se vuelve tóxico, por la gente, no por los subnormales. Esa raza de gente que espero que el próximo rechazado de Bellas Artes se encargue de ver. Ojo, subnormales hay de todos los colores y tamaños, porque Facebook tiene de todo, hasta mascotas. Sí, mascotas. Bueno, también algún bot de nacionalidad ambigua.
Lo bueno es que la nostalgia todavía nos hace mantener la banderola del baño abierta, para entrar y salir de esta red social en decadencia, pero hacerlo de manera sutil.
Y, sin embargo, aquí estamos, todavía con la cuenta abierta, todavía compartiendo memes reciclados del 2015 porque sí, Facebook, aunque seas un basurero digital, todavía eres nuestro basurero. Te tiro un balcón, aunque sea prefabricado, por los cumpleaños que nunca olvidarás y por recordarme cada año que hace diez me saqué una selfie con una cámara de 2 megapíxeles.
Lo bueno es que, como soldado que ha luchado mil batallas en los comentarios, uno ya es medio Rambo, ya uno no siente dolor, ya uno pasa del comentario-respuesta pasivo-agresivo al "me cago en todos tus muertos", algo tranquilo, para ir al insulto más directo. Uno ya se sacó los guantes y que sea lo que Dios quiera, ya vivimos suficientes batallas.
Pero en un momento me pasa que digo: "No vale la pena ir por la vida con verdades y buenos argumentos, porque no vas a cambiar la opinión de nadie, cuando es gente que claramente no la va a cambiar". Pero uno debe recordar las cosas más importantes: la dignidad, la entereza, los valores humanos. Te estarás preguntando, "la verdad que no", lo importante es que estás logueado en mil cosas con tu cuenta de Facebook y bueno, la pereza de modificar mil cuentas de cosas es más grande que salir a perder batallas verbales y tener que empezar de nuevo armando playlists en Spotify. Me despido que tengo una multicuenta abierta y estoy discutiendo sobre criptomonedas en esloveno... Adiós...
