El rincón de la mediocridad: El arte de elegir mal


Así como la escultura tiene sus máximos exponentes, la pintura, la música y el diseño de interiores tienen sus figuras máximas, humildad aparte, yo soy tal vez el maximo exponente en malas decisiones porque la vida no te pre para para malas decisiones, la vida te prepara para las consecuencias de estás decisiones, cualquier hijo de vecino más o menos la va piloteando  como piloto de NASCAR , pero yo con mi cara de lunes les contaré porque he hecho historia en malas decisiones....

Años 2000 yo creí que el futuro era ser operador Windows, como si fuera algo que era garantía laboral, la verdad plata quemada, ojo ese año hice el curso de Office, porque puede equivocarse y volver a equivocarse, ni les digo el curso de sueño web, que básicamente fue Photoshop, Macromedia flash y otro más, una especie de venga señor es 2009 le enseñamos a hacer páginas como en el 95, seguro le va  a servir,  hay empleados de Mac Donald que aprendieron cosas más útiles que yo en 12 meses de cursos de mierda...

Pasemos a cuando quise aprender guitarra, el primer problema era tener menos capacidad para coordinar las manos que la estatua de bronce del David,  o de la mona liza, 6 años hasta que reconocí era una batalla perdida y la abandone, como los deseos de ser una estrella del rock.

Comprar tecnología y que no dure nada, desde equipos de música que venían obsoletos, hasta celulares que se bloquearon y no los salvó nadie o laptop que llevan casi una década en el cajón porque se les rompió el Windows.

Así que uno se preguntara este sujeto no puede tener tan mala suerte, si claro que la puedo tener, la suerte es esa que he comprado huevos y estaban todos podridos, la ropa mas chica, o me duró un solo uso, entre más cosas personales que no les voy a contar por estás cosas y más.
Me declaro a mí misma eminencia en decisiones terribles y/o malas viva los que deciden y le aciertan, o que por lo menos no están esperando que por una vez todo salga según el plan. Me despido hasta que la mediocridad sea testigo de lo mediocre.
Bonus.
Carta del Tío Alberto
Sobrino,
Espero estés bien. Yo dejé las Islas Canarias, esos canarios son peores que los canarios nuestros, ¡te lo juro! De allí me vine a Italia. Yo dije, "este debe ser el paraíso", y la verdad... una cagada. La pizza muy fina, el vino todo picado, y las mafias... Mirá que en Canelones uno se las sabe todas, pero acá te amenazan con romperte las piernas por nada.
No sé cómo hice, pero ahora tengo... bueno, digamos que lidero una mafia acá en el sur. Te cuento: un día entré a una pizzería, harto de comer esas "obras de arte" con una masa que parece hostia. Pedí para ver al cocinero, me metí de vivo, nos cagamos a piñas y, para que vea lo que es bueno, le mostré cómo se hace una pizza de verdad, como las que hacía la abuela. Con su borde gordito, el muzzarella burbujeando y ese aroma que te hace viajar. Después me enteré que ese era el capo de acá y, básicamente, me gané el derecho a gobernar. El tipo, sorprendido con la pizza y con mi "estilo", me propuso asociarme. Yo le dije "asociarnos un cuerno, acá el que manda soy yo, vos cocinás y aprendés". Y así fue.
Ahora, ¿qué te puedo decir? Vamos tranquilos. Unas extorsiones, un poco de corrupción, y la vida ya es un lujo. Hay que poner orden en este caos, ¿viste? Cobramos "protección" a los comerciantes, "asesoramos" en negocios turbios, y, para mi sorpresa, la gente me respeta. Dicen que soy un "uomo d'onore" con métodos poco convencionales, pero con palabra. Hasta puse mi propia pizzería, "La Nonna charrúa", donde se come la verdadera pizza. Y sí, es un éxito. Acá los muchachos ya están aprendiendo a hacer el fainá y y hasta la torta frita para el mate.
Lo único que extraño, sobrino, es el ruido de las chicharras en el verano y el olor a pasto mojado después de una tormenta. Y los asados, ¡ni hablar! Acá no saben lo que es un buen corte. A veces me agarra una melancolía bárbara pensando en la rambla de Montevideo o en el simple hecho de hablar sin que me miren raro por cada palabra que se me escapa en español. Pero bueno, la vida es así. Hay que saber adaptarse y, si se puede, dominar.
Mandale un abrazo a la familia.
Tu Tío Alberto.